Siempre me ha gustado mucho
dibujar, es en ese momento en el que puedes relajarte y crear todo aquello que
puedas imaginar.
Desde pequeña ya hacía todo tipo
de dibujos, me encantaba ponerles color. Y cuando ya era más mayor, por un tiempo olvidé
un poco como me gustaba expresarme cuando era pequeña, es como si hubiese
olvidado cómo me sentía al dibujar, por lo que la verdad es que me estaba
alejando, sin darme cuenta, de aquella niña que disfrutaba con algo muy simple,
pero enriquecedor.
Dibujo hecho por mí,
en noviembre de 2001
Años después decidí volver a retomarlo,
lo echaba de menos. Esa vez me lo tomé más en serio, quería dibujar algo más
realista, y a veces conseguía que así fuese. Pero mis dibujos eran en blanco y
negro, simplemente utilizaba lápiz.
Dibujo hecho por mí,
día 14 julio 2013
Actualmente, también he dibujado, pero menos que antes. Mis
dibujos de ahora también son a lápiz solamente, y busco la perfección en ellos.
Esto ha provocado que no sepa seguir con ellos y no los termino por miedo a
estropearlos.
Dibujo sin terminar hecho
por mí, día 24 marzo 2016
Por lo tanto, me he dado cuenta
que en verdad los dibujos no tienen por qué ser perfectos, ya que querer que
los sean hace que dibuje con miedo y que no acabe lo que he empezado. Los dibujos
imperfectos pueden mostrar incluso mejor un sentimiento, emoción o situación que estés
viviendo. Mi niña interior me dice que pinte a color, sin pensar: “sólo pinta”.
En cambio, mi yo de ahora y el de hace unos años, piensa en pintar algo más
perfecto. Curioso, ya que siempre me he preocupado por hacer las cosas
perfectas ya que he estado rodeada de personas que así lo hacían, si yo no lo
hacía, la verdad, que me hacía sentir mal. ¿Por qué no cambiarlo ahora?
Al realizar este dibujo sentí una
sensación extraña, lo difícil que es pintar sin pensar, dejarte llevar, mezclar
colores, elegir colores al azar sin pensar cual pega con cual, si quedará muy
oscuro el dibujo o muy claro. Cuando voy viendo cómo va siendo el dibujo siento
que no está bien, que no está quedando bonito, por lo tanto me cuesta no pensar,
todavía permanece ese miedo a que no esté perfecto. Los sentimientos son los
pinceles de este dibujo, de ahí que sea tan abstracto y tan lleno de energía de
mí misma, de mi yo de ahora, y parte de mi niña interior que aparece en
momentos en algunos trazos, los más claros. Por lo que he podido comprobar,
todavía me queda un poco para sacar a mi niña interior de la manera en la que
yo quiero, pero está ahí, la veo en mi dibujo tan abstracto. Pero aún priorizan
las partes oscuras, posiblemente sea por mi estado de ánimo, es algo que quiero
cambiar, algo que intento cambiar recuperando a mi niña interior hace unos
meses.