Por fín después de toda la Semana Santa tengo un hueco para contar la experiencia de la última clase de educación artística en la cual nuestra profesora Pilar Pérez nos dijo que llamáramos a nuestra niña interior y habláramos con ella, le hiciéramos preguntas y la abrazáramos.
Para mi fue una experiencia muy buena, por supuesto que la llamé y vino, ahí estaba yo con 5 años, esa niña de hace tanto tiempo me hizo recordar de las veces que yo salía a despedir a mi padre por la ventana cada vez que se iba de viaje o la cantidad de besos que le daba todas las noches antes de ir a dormir, no le hice ninguna pregunta simplemente ella me dijo que por que había dejado de hacerlo.
Esta experiencia me hizo llorar, pero tengo que decir que también fue muy bonito recordar esos momentos.
Creo que es muy importante que de vez en cuando llamemos a nuestra niña/o interior y hablemos con el o incluso simplemente que nos paremos a pensar en cosas de cuando éramos pequeños, esa época tan bonita que seguro que la mayoría echamos de menos.
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