Comienza mi día. Al despertar, canción
que me viene a la cabeza: “Nosotros somos Tip y Dash héroes exploradores” de la
segunda película de La Sirenita. Pero
yo en ese momento no la recuerdo así, sino que yo la canto como: “nosotros
somos Tip y Dash los rescatadooores”. Como aún no había pensado ninguna
pregunta para responderme a lo largo de la experiencia en Sigüenza decidí que,
relacionado con esa canción, mi pregunta sería: ¿Me van a rescatar?
Si me pregunto que si me van a rescatar,
es obvio, o eso creo, que yo iba a ser Blancanieves, una Blancanieves azul como
anteriormente en una actividad me identifiqué.
Por lo tanto, cogí mi cinta de flores
azules y fui rumbo a la universidad. Pilar nos dijo que estuviésemos pendientes
de nuestras emociones, dolencias, etc. Lo que yo noté en el camino es dolor de
pies, por la mañana al ponerme los calcetines, vi que se me había roto la uña
del pie, lo que había provocado que parte de ella se pusiese morada y que al
andar me doliese un poco, esto me hizo pensar: ¿me será complicado escapar de
mi bruja, y por eso necesito a alguien que me rescate? Mi pregunta sería
respondida a lo largo del día.
Ya en Sigüenza, cuando el grupo se
dispersó por el pueblo, yo me senté en un banco de un parque, y pensé que qué
raro que no hubiese ningún niño/a en él. De repente aparecieron un montón de
niños, poco a poco, en grupo hasta llenarse el parque, ¿los enanitos de Blancanieves?
Uno de ellos se me acercó, me ofreció en una botella de Coca Cola y en su interior lo que él
llamaba “Cola Cao”, que en verdad era agua y arena, lo rechacé obviamente. Un
minuto después apareció mi bruja, de sorpresa y me advirtió de que era el
primer aviso, ya sólo quedaban dos oportunidades más. ¿El “Cola Cao” era la
señal de que mi bruja estaba cerca?, la manzana envenenada.
El día estaba terminando, paseaba
por el pueblo sin encontrar a nadie conocido. El pueblo es muy solitario, y me
paro enfrente de un escaparate de una tienda cerrada. Una parte del escaparate
no era de cristal como de costumbre, sino que era más bien un espejo, e
inconscientemente digo: “espejito espejito”, al oír mis palabras me sorprendo a
mí misma por lo que acabo de decir, pienso: Sincronía.
Al reunirnos todo el grupo de
nuevo yo estaba preocupada ya que mi respuesta no había sido respondida, o
hasta el momento eso creía. Pilar y una compañera estaban haciendo
paralelamente otra performance, una de ellas me ayudaría a responder mi
pregunta. Pilar no me ayudó, en este caso, con mi pregunta, pero sí a sentir
diferentes cosas con el fuego. Fue la compañera quien me respondió, ella
llevaba una capa lila llena de chapas, al principio del día me pregunté el por
qué de esas chapas. Ella me dijo que le contase algo que me hacía sentir bien
porque había ayudado a alguien, se lo conté, y después ella me dio una chapa
que ponía “Soy una heroína” ¿¡Heroína!?
Me sorprendí, mi comienzo del día
empezaba con la canción con “… héroes exploradores”, aunque yo creía que era “…
los rescatadores”, esa canción me ayudaba a formular mi pregunta: ¿Me van a
rescatar? Lo que yo no sabía, es que la única que me podía rescatar era yo
misma porque “Soy una heroína”. Muchas sincronías conectadas, hasta con una
entrada que hice hace unas semanas sobre Blancanieves en la que yo decía: “Mi antídoto yo creo que no sería un objeto,
una fragancia o unas palabras, para mí sería la experiencia, más bien, mi
antídoto soy yo con mi experiencia.”
La respuesta a mi pregunta: Mi antídoto
soy yo, soy una heroína y me rescato a mí misma. Me agradeció la mujer de la capa lila que
participara en su performance y yo le dije gracias también porque ella no sabía
lo que me había ayudado cerrando así mi experiencia de ese día.