La infancia es aquella etapa de la cual tenemos mil fotos pero sin embargo muy pocos recuerdos porque estábamos empeñados en que lo mejor estaba por venir, sin darnos cuenta de que nos equivocábamos.
He querido representar con esta foto esos momentos de felicidad plena, de inocencia, pero sobre todo de locura, ya que hacíamos muchas cosas sin pensar en lo que dirá la gente, cosa que ahora no pasa. Ahora vivimos con el miedo del qué dirán de nosotros, pero no nos damos cuenta de que lo que verdaderamente importa es lo que pensemos de nosotros mismos.
Pero en esas edades lo único que te importaba era jugar y reír, hasta que te doliese la barriga. Y esto se ve muy bien en esta imagen, pero lo único que falla es que en esa foto aparecen dos personas, una de las cuales soy yo, pero la otra persona, mi abuelo, hace tiempo que se fue.
Por eso, en cierta parte esta imagen provoca felicidad y desearía poder volver a ese momento para disfrutar de las cosas aún más, pero sobre todo, poder disfrutar de aquellas personas que ya no están.
Por eso yo, cuando sea maestra, me encantaría poder enseñarle a los niños a disfrutar de su infancia, de esa parte de la vida que se esfuma con tan sólo cerrar los ojos.
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